Invitación a enamorarse

Libreto a ocho manos

Para no desentonar con la tradición de la copla, en la que el trío es el número mágico (Quintero, León y Quiroga; Ochaíta, Valerio y Solano), los productores del musical han encargado el libreto a tres mosqueteros de fama y valía acreditada en su manejo de la espada -o en utilizar la pluma para algo más que adornar el sombrero-. Y como todo el mundo sabe que los tres mosqueteros, en realidad, eran cuatro; ahí está, también, junto a ellos, Olga Iglesias Durán, autora del relato original en el que se basa la historia.

El resultado es tal que ni la guardia del exquisito Cardenal de la Crítica Richelieu se ha atrevido a poner muchos reparos.

Fernando Castets

Fernando Castets

Uno iría a ver todo lo escrito por alguien responsable del guión de El hijo de la novia, simplemente, porque es de bien nacidos ser agradecidos; y lo que, en su día, nos dio -y nos vuelve a dar con cada nuevo visionado- esa película, es impagable. Nada más ni nada menos que fe renovada en la vida. Pero, además, el argentino Fernando Castets es guionista de otras películas que hemos podido disfrutar en España, como El mismo amor, la misma lluvia y Luna de Avellaneda, todas dirigidas por Juan José Campanella, con el que forma una pareja de hecho con derecho -algún día caerá- a Oscar. Castets es un guionista al viejo estilo, el del Hollywood clásico: en sus guiones cada frase, además de servir para contar la historia, sirve para establecer una complicidad emocional, una conexión ingeniosa, entre los personajes y el espectador. ¡Vamos, un monstruo!

Quien conozca a Daniel Sánchez Arévalo sólo como director y guionista de su recomendable ópera prima de 2006, AzulOscuroCasiNegro, puede sorprenderle ver su nombre en el equipo de libretistas de Enamorados Anónimos. Pero Sánchez Arévalo, a pesar de su juventud, es un guionista curtido en los cruentos campos de batalla de las series televisas en horario de prime time (Farmacia de guardia, Querido maestro, Ellas son así, Hospital Central), además de contar con una docena de cortometrajes a sus espaldas como director. Así que no es de extrañar que encaje en esta comedia de cromática tan distinta -rosaeléctricocasirojopasión- a la de su debut en el cine.

David Serrano y Daniel Sánchez Arévalo

David Serrano y Daniel Sánchez Arévalo

Y por último, que no en último lugar, como suele decirse en estos casos: David Serrano. Su nombre está ligado al musical moderno de nuestro país, tanto en el cine como en el teatro. Su primer guión fue El Otro Lado de la Cama, que dirigiera Emilio Martínez Lázaro, el taquillazo español de 2002; y suyo también es el guión del musical de más éxito hasta la fecha: Hoy no me puedo levantar. Además de contar ya con dos películas como director: Días de fútbol y Días de cine, y, al parecer, estar inmerso en el rodaje de la siguiente. En pocos años, David Serrano ha logrado tener eso que otros, en toda una vida, no llegan a alcanzar, y que suele recibir el nombre de «un estilo reconocible». (Además, creo que es un salingeriano de pro, lo que le hace ganar de inmediato mis más amorosa y sórdida estima.)

Los cuatro, a ocho manos, han escrito una comedia de enredo amorosa que cumple las premisas de este género: contra más enredo más diversión; contra más amor más risas; pues más patéticos se nos vuelven a nuestros ojos estos personajes, tan parecidos a cualquiera de nosotros, al menos, en algún momento de nuestras vidas.

Todo sucede en una clínica de desintoxicación amorosa, que ofrece una terapia del tipo Alcohólicos Anónimos, destinada a todos aquellos que quieren desengancharse de su adicción al amor, olvidar a sus parejas y que sus maltrechos corazones dejen de sufrir de una vez por todas. A ella se apuntan un matrimonio de los de riña constante; un ligón indeciso que ama a dos mujeres a la vez (y no acabará con ninguna de ellas); una lesbiana cansada de que su novia no se decida a salir del armario; una famosa actriz, tan pija como depresiva, y uno de sus enloquecidos fans, capaz de cualquier mentira o chaladura, con tal de estar cerca de ella.

El resultado es una comedia hilarante en la que se nota algunas de las querencias de ese «estilo Serrano». Su predilección por la screwball comedy, la comedia loca de los años treinta y cuarenta -de Capra, Wellman, Hawks-, de ritmo trepidante, tanto en acción como en diálogos, con personajes alocados o directamente excéntricos; historias de amor con un toque poco convencional; y protagonismo femenino, pues son ellas las que desencadenan los acontecimientos y arrastran a los hombres a la perdición, y -lo que es más divertido- de ridículo en ridículo. Y, como es norma del género, tampoco faltan los gags visuales o los homenajes al slapstick más clásico, y en Enamorados Anónimos hay unos cuantos: el perrito, el consolador, múltiples caídas, persecuciones… incluso, por no faltar, no falta el clásico de los clásicos: ¡la batalla de tartas de merengue!

Todo fluye con precisión. Los momentos más alegres y disparatados se alternan a buen ritmo con los íntimos, y los números musicales entran bien y encajan con la trama; logrando un musical con encanto, que es lo que más propio que se puede decir de un musical.

Dos actos, casi tres horas de espectáculo, que acaban en un pispás y te dejan con ganas de que la terapia hubiese tenido más éxito con alguno de los pacientes y, por tanto, se hubiese alargado un poco el diagnóstico final de «caso perdido»; porque -¿acaso lo dudaban?- todo termina con la conclusión de que mejor ser un loco de amor conocido que un triste enamorado anónimo.

El que esto escribe es de la opinión de que nadie nos hace más ricos que quien nos hace reír. Una vez terminado Enamorados Anónimos, uno se siente como si te acabasen de ingresar un millón de euros en tu cuenta corriente; y la sensación aún te durará varios días; o, al menos, hasta que la siguiente visita al cajero automático te baje de las nubes, y te recuerde que la vida no es un musical, por más que a algunos de nosotros, se nos dé tan bien dar el cante en ella.

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Este blog está dedicado a ENAMORADOS ANÓNIMOS, musical producido por Drive Entertainment, S.L., que se estrenó el 16/10/2008, en el Teatro Rialto de Madrid, permaneciendo en cartel hasta el 17/05/2009.

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